Cantante, cantora o cancionista, son palabras usadas indistintamente, que no alcanzan a conceptuar la personalidad de una intérprete, en no pocas ocasiones, como en el caso de la recordada Gaby, actual protagonista del tango argentino.
De algún modo, la rutina impone la utilización indiferenciada de los vocablos, pero, si se trata de una descripción más ajustada a su arte, debemos señalar que es una intérprete tanguista que habiendo recibido el epíteto de “La Voz Sensual del Tango”, como generalmente acontece, el mismo no es suficiente y por ello a él se van agregando otros adjetivos, y, de esta manera, se va integrando la individualidad con mayor plenitud, como sucedió merecidamente con “El Zorzal Criollo”.
Gaby junto a Eduardo Giorlandini en la presentación del 6º disco de la cantante titulado "La copa Rota" |
“Interpretar”, en Gaby, es mucho más que cantar y la idea de una interpretación íntegra informa sobre la calidad de su voz, del gesto y del cuerpo, que acompañan a la expresión artística oral. Antes de ahora, de este momento en que Gaby enriquece la estética de su arte con nuevas pulsaciones, me pareció que es asimismo “La Voz Dulce del Tango”, con el vocabulario afectivo propio del habla popular; su capacidad interpretativa da cuenta de su ternura y –por causa de su sensibilidad y su identificación con la música y la letra- transmite los estados íntimos de los personajes y de las circunstancias del paisaje urbano y del orbe social, que contienen los temas literarios del tango.
Así, canta el tango como es, vital, entrañable y querendón. Su impronta es ostensible en el disco y en el escenario; no pocos santuarios del tango repararon en ella, en la cuna rioplatense del género, donde constantemente priman y armonizan los ecos de la historia y de la tradición con la contemporaneidad y los nuevos impulsos renovadores que son los frutos de las cosas que remozan la substancia ontológica de la canción nacional argentina.
No se compadece la performance con el azar, sí con las querencias que no marchitan en el espíritu de la gente. También Bahía Blanca, su ciudad adoptiva, la reconoce, por lo cual no pocos bahienses la esperamos para escuchar y ver su expresión.
Eduardo Giorlandini
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