miércoles, 27 de abril de 2011

¿Y a mí qué?

Chamuyando de Tangos
por el doctor Eduardo Giorlandini


Tango
Si el mundo "revirao", golpeándote,
te tira pa'un costao de la pared;
si igual es una mosca que un ciprés,
de que cantés la tosca o que garpés.
Si al fuego de la fragua todo fue
y el jugo de paragua hoy es café.
Servime de testigo, está con fe,
gritá, gritá conmigo, viejo: ¡a mí, qué!
Y pensar que allá en la rama
con que fe mansa me criaste, mama...
¡Pobre mama! En la balanza
fui justo un drama
pa' tu esperanza...
Si vos pa' mí sos mi Dios,
juntito a vos yo no sé
más que gritar: ¡a mí, qué!
Si todo ya está usao: la yerba, el té
y el dato que te han dao de mala fe;
si aquella pobre grela no da más
y banca la quiniela el juez de paz.
Si el santo de la historia es un ladrón
y alterna el zanagoria con Napoleón,
no se te importa un higo, ¡dáguele!
Gritá, gritá conmigo, viejo: ¡a mí, qué!

Vocabulario
BANCA. Paga, financia, organiza.
COSTAO. Costado.
¡DAGUELE!. Interjección que se usa para incitar más a alguien a hacer o no hacer algo.
DATO. Información que se da con relación a las carreras de caballos y, especialmente, con respecto al caballo ganador presunto.
GARPÉS. Pagués.
GRELA. Mujer sacrificada en la casa.
HIGO (NO SE TE IMPORTA). No te importa nada.
MAMA. Mamá.
PA'. Para.
PARAGUA (JUGO DE). Café de muy mala calidad.
RAMA (ESTAR EN LA). Estar en las nubes, o en la luna, o en el limbo. Ser un pájaro, un pajarón, un tonto.
REVIRAO. Loco.
TOSCA (CANTAR LA). Irse sin pagar.
USAO. Usado.
¿Y A MÍ, QUÉ? Y a mí, ¿qué me importa?
ZANAGORIA. Tonto.
Angel Cárdenas, que fue el décimo segundo cantor que grabó con Troilo, cantó en la orquesta de Pichuco desde el 1 de mayo de 1956 hasta el 30 de abril de 1961.
Según el relato que él mismo hizo una noche, le avisó a Pichuco que dejaba la orquesta porque se iba a Nueva York a cantar junto a Astor Piazzolla y a Enrique Mono Villegas en el "Hotel Waldorf Astoria" y al mismo tiempo iba para no perder la residencia norteamericana.
El gordo lo miró y le dijo: "Pero Cardenitas, justo ahora que has pegado tan fuerte en la orquesta te vas a ir, me dejás un gran vacío como me dejó Rivero", pero se lo dijo sin enojarse, porque Pichuco no se enojaba nunca. De toda su historia se sabe solamente un enojo, con Orlando Goñi.
Cárdenas, entonces, le recomendó a Elba Berón y Elba Berón estuvo entre el 20 de febrero de 1961 y el 30 de noviembre de 1963, pero grabó solamente cuatro temas, aunque cantó mucho.
Uno de estos temas es "¿Y a mí, qué?", en el disco "larga duración" Otra vez Pichuco, que se grabó en 1962. Pero Elba Berón debutó con la milonga "Cachirleando", de Manuel Berón, su padre, y Enrique Uzal. Este tango, "¿Y a mí, qué?" tiene letra de Cátulo Castillo y música de Anibal Troilo. Después a Elba Berón la remplaza Tito Reyes, haciendo yunta con Roberto Rufino. Generalmente, había dos cantores o cantantes.

Elba Berón pertenece a una gran familia de artistas y fue una de las mejores cancionistas del tango, además de haber frecuentado, largo tiempo, el folclore; por eso se nota la influencia gauchesca en algunos de sus temas grabados, inclusive con Troilo y en el tango "¿Y a mí, qué?", en este caso porque se hizo una letra para ella especialmente, con un vocabulario lunfa y expresiones propias del gauchesco. De todos modos, se advierte en dicho tango una expresión hondamente lunfarda, arrabalera. Se ha calificado este tema como grotesco. Me parece que no es así. Es una infrahistoria apta para el estudio de una sociología popular argentina y es, también, una queja ante una realidad, se trate de la corrupción o del truchaje. Sigue la línea de "Al Mundo le Falta un Tornillo" y "Cambalache" y "Las 40".
Después de estar con "Pichuco", en 1963 siguió su carrera como solista, al igual que tantos cantantes de Anibal Troilo.
El tema de la familia de Elba Berón merece un comentario particular, pues tal vez sea uno de los pocos casos, sino el más representativo, de toda una familia de artistas y además numerosa.
Su padre, Manuel, fue cantor, compositor y guitarrista criollo y su madre Antonia Iglesias escapó a la regla. Durante muchos años, Elba hizo dúo vocal con su hermana Rosa, trabajando en emisoras, en salones y grabando.
Otros hermanos fueron Manuel Adolfo, músico, guitarrista y compositor; Raúl y José, cantores; Francisco, músico, pianista y compositor. La familia residía en Zárate, en la provincia de Buenos Aires, donde nacieron los hermanos excepto Paco (Francisco Berón, que nació en la ciudad de Buenos Aires). Entre todos cubrieron 70 años de actuaciones, si comenzamos a contar desde que comienzan con el padre, Manuel Berón.
Fuente: http://www.terapiatanguera.com.ar/

Patotero Sentimental

Chamuyando tangos
por el doctor Eduardo Giorlandini


La dinámica social -entre otros motivos y según los caos que se presenten a consideración- modifica el significado de las palabras. Particularmente, nuevos hechos y la interpretación que se hace de ellos contribuyen al cambio. Así, podemos afirmar sin dudas que una cosa eran los patoteros de antes y otra los de ahora.
Han variado las circunstancias, especialmente la cultura, los comportamientos, los sistemas de valores, los usos y abusos y seguramente, la falta de respeto y el atropello a la razón -fichando con la guita de Discepolín-, empujaron la transformación semántica.

El escorzo académico
Observado el vocablo desde Madrid, donde está la sede de la "Real Academia Española", es relacionado solo con Uruguay y la Argentina, de un modo genérico, con una significación que no nos es muy familiar. Martín Alonso anota que patotero es, en estos países, el joven callejero, farrista, bravucón y perdonavidas. Es el integrante de una patota, 'pandilla de jóvenes desocupados que por antipatía o simple pasatiempo asaltan a determinadas personas burlándose de ellas o infiriéndoles daño'.
Luego de veinte años de aquel concepto el diccionario de la citada corporación, extiende su uso -además de los países mencionados- a Paraguay y Perú. Y, como invariablemente continúa arraigada la actitud de atribuirle los males a los jóvenes, puntualiza que patotero deriva de patota, 'grupo, normalmente integrado por jóvenes, que suele darse a provocaciones, desmanes y abusos en lugares públicos'.

Otra cosa es el lunfardo
Tratándose de aclaraciones, cuando necesitamos la precisa, tenemos que recurrir al inevitable Maestro José Gobello. Y, por supuesto que es gratísimo encontrarnos con él y con las fuentes que crea con sus insuperables investigaciones, que además arrastran permanentes recuerdos de antigua amistad y múltiples reconocimientos.
Anota, en su Nuevo diccionario lunfardo:

"PATOTA. Leng. gen. Conjunto de personas reunidas con algún fin ("yo también ando buscando con quien hacer patota, y conforme 'ncuentre me ligo...' (Alvarez, Cuentos..., 79).//Pandilla de jóvenes alborotadores y pendencieros, en un principio pertenecientes a las clases más adineradas, amigos de cometer desmanes y agredir a los ciudadanos pacíficos por pura diversión (la patota es un producto de nuestro medio social y de creación que, podríamos decir reciente, aunque pudiera tal vez considerarse como una resurrección de aquellas famosas indiadas de ingrato recuerdo..." Gómez, La mala..., p. 209). Por alusión a los patos que remontan vuelo en bandada. Patotero: miembro de una patota".
Las obras citadas son Cuentos de Fray Mocho, de José S. Alvarez, y La mala vida en Buenos Aires, del tratadista de derecho penal Eusebio Gómez.

Peregrinación a otras fuentes
Emilio Dis intensifica la acción de la patota, al identificarla también como 'gavilla' o 'banda'; Fernando Hugo Casullo, luego de sindicarla como 'pandilla' suaviza su comportamiento al señalar que su fin es 'burlarse del prójimo', entre otras significaciones y referencias.
Federico Cammarota señala: 'grupo belicoso de muchachos farristas', siendo el patotero 'bullanguero'. Más severos en los juicios son Raúl T. Escobar y Juan C. Guarnieri: el primero habla de un "enajenado accionar" y el segundo anatematiza:

"PATOTA.f. Grupo de individuos que ataca a sus víctimas en montón y en superioridad numérica, golpeándolas cobardemente o escarneciéndolas si son mujeres. La patota criminal es el mayor estigma social de la sociedad rioplatense. Los precedieron los 'cuadrilleros', que peleaban en 'cuadrilla' y los 'biabistas' genoveses del viejo Buenos Aires".

Así, caen en la volteada nuestros queridos compaesani, aunque la antropología demuestra que el fenómeno es común a toda la humanidad. Igualmente, la psicología animal y comparada muestra que se da entre animales, como por ejemplo, los perros.
Juan C. Andrade y Horacio San Martín agregan otro dato y consignan que los patoteros a veces están armados, buscando pendencia, típica de principios de siglo. Y, para terminar, y no abrumar con referencias y rematar este asunto serio con algo de humor, Minguito, que publicó Pa' Entenderme Mejor (Buscabulario Porteño), anotó con vinculación a la patota: "Barra que se rejunta p'algo violento. Especialmente p'apretar a alguno o sea patotiar, niaunque fuera pa divertirse aprovechando que son muchos y l'otro está solo. Patotero es el que anda en patota o que patotea a otro".
De todo ello podríamos derivar numerosas conclusiones. Empero, creo que es oportuno asumir que el fenómeno presenta diversas características, variando de acuerdo al tiempo y al lugar, advirtiendo que hoy día puede generar, en ocasiones, daños graves a las personas, o a la misma sociedad organizada al haberse enraizado en ámbitos políticos.

El patotero de los tangos
Los letristas incorporaron al hecho sociológico y testimoniaron la presencia del patotero en nuestra historia ciudadana, de un modo natural, descriptivo, gráfico, y colorido, según los personajes reales y conforme nuestras propias circunstancias. En casos, conforme ciertos perfiles.
En "Patotero Sentimental", con música de Manuel Jovés y letra de Manuel Romero, el personaje solamente tiene inserción en determinado ambiente y es el "rey del bailongo" y es el "rey del cabaret":

                I
"Patotero, rey del bailongo,
Patotero sentimental.
Escondés bajo tu risa
Muchas ganas de llorar.
Ya los años van pasando
Y en mi pecho no entró un querer.
En mi vida, tuve muchas, muchas minas
Pero nunca una mujer.
              II
Cuando tengo dos copas de más
De mi pecho comienza a surgir
El recuerdo de aquella fiel mujer
Que me quiso de verdad
Y yo ingrato abandoné.
De su amor me burlé sin mirar
Que pudiera sentirlo después,
Sin pensar que los años al correr
Iban crueles a amargar
A este rey del cabaret.
           I (bis)
Pobrecita, cómo lloraba,
Cuando ciego la eché a rodar,
La patota me miraba
Y no es de hombre el aflojar.
Patotero, rey del bailongo,
De ella siempre te acordarás,
Hoy reís, pero tu risa
Solo es ganas de llorar".

Como se ve, no tiene rasgos de peligrosidad. Es sentimental y tristón, por haber abandonado a la mujer que lo amó de verdad, a diferencia de las minas, limitadas al amor sexual y profesional, si se trata del cabaret.
Las patotas bravas de aquel 1902, que dibujó con maestría Celedonio Esteban Flores, "El Negro Cele", en la letra de "Corrientes y Esmeralda", no lo habrán sido de tanta bravía si "un cajetilla los calzó de cross", aunque el cajetilla haya sido Jorge Newbery, que por aquel tiempo sobresalía en el boxeo y tenía 27 años.
Deberíamos, además, rastrear al patotero en la figura del farrista o del garufero, aunque la farra o la garufa no siempre albergaron patotas o patoteros.
En el tango "Una Noche de Garufa", de Eduardo Arolas, se induce a pensar en la cercanía o, más, identidad entre el garufero y el patotero, cuando en la portada de la partitura antigua aparecen empatotados unos cuantos juerguistas y uno de ellos se abraza al antiguo farol, instalado en la vereda, casi en el cordón y próximo a la ventana cerrada de una vivienda. El farol está prendido, como corresponde a una circunstancia nochera, a una noche de garufa.
Juan A. Caruso, autor de la letra de "La Ultima Copa", musicado por Francisco Canaro, pinta un personaje componente de un grupo de amigos y farristas: "Es la última farra de mi vida / de mi vida muchachos que se va".
En apoyo de este nexo entre el farrista y el patotero, quiero citar de La poesía dialectal porteña, de Alvaro Yunque, un párrafo sobre Linyera: "Como Dante A. Linyera tiene preocupaciones de justicia social, para él todo no es escabio y minas, todo farra y castañazos".

Las patotas contemporáneas
Nadie como Tomás García Giménez describió las patotas de nuestro tiempo, en un poema publicado por "Prensa Subterránea", en 1987:

"El hombre solo ya no vale nada:
Unicamente valen las patotas,
Que por el miedo o por la tolerancia
Se han adueñado de la vida toda".

El mensaje y la protesta, en forma de poesía, difundido por dicho órgano de prensa escrita, dirigido por José Gobello, tienen alcance social y político, al denunciar el patoterismo en esos orbes.
Las barras parecían ser los grupos pacíficos: la de la esquina, la del café o el boliche. Y así era, hasta que hubo que agregarle un aditamento a la palabra para significar otra cosa y de tal modo aparecieron las barras bravas, en la ciudad, como un figura nueva asociada a la patota. Arman grescas, atacan a pasajeros, cometen vandalismo y agresiones en el fútbol o roban. El patotero de hoy se alejó de aquel del tango, farrista y divertido, y con poca capacidad para dañar a otro.
El fenómeno merece una consideración estructural, donde la economía y la injusticia social también meten la cuchara. Numerosos estudios informan sobre esto. Uno de ellos pertenece a Mapacha Noguerol, Patotas y barras bravas en la ciudad. Aquí se señala, entre otras cosas, el conjunto de factores en nexo a las barras bravas y las patotas. La sociedad actual ha ido creando mayores dosis de violencia en el alma de la gente. La educación no ayudó a achicar el machismo argentino. El crecimiento demográfico y, en forma más amplia, los efectos de la explosión urbana, hicieron desaparecer del escenario al patotero del tango, inofensivo y pintoresco.
Guillermo Cabanellas, en su Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, señala que la patota es un vocablo sudamericano, equivalente a pandilla o banda de muchachones por lo general, que en horas de ocio, o por vagos profesionales, se dedican a provocar a inofensivos o casuales transeúntes, a insultar a las parejas e incluso a abusar de las mujeres, en establecido turno para las violaciones. Por lo que anota Cabanellas, Garzón se ocupó del tema en 1910 y Lisandro Segovia en 1911, coincidentes ambos en caracterizarla como cuadrilla callejera que molesta y asalta a los transeúntes, para hacerles daño por odio o antipatía o por entretenimiento y diversión. El patotero es un inadaptado social y un sujeto peligroso que exige rigor preventivo y, más, severidad represiva, sin falsa piedad, pues con el hábito y el machismo acaba en verdadero monstruo.

Fuente: http://www.terapiatanguera.com.ar/

Naipe Marcado

Chamuyando tangos
por el doctor Eduardo Giorlandini

A propósito de algunas letras tangueras y más todavía de ciertos poemas lunfardos o lunfardescos, lamentablemente no tan conocidos porque no se incorporaron a los tangos y se quedaron como criaturas abandonadas -como los tangos de Malena- hoy traigo la evocación del naipe, en nuestra poemática popular.
Naipe, carta o baraja, presente en la literatura gauchesca, como formando parte de nuestras costumbres, de nuestro folclore y de nuestras tradiciones. Solamente por comentar lo más representativo, don José Hernández puso en boca de Martín Fierro:

"Me había ejercitao al naipe,
el juego era mi carrera".
Asimismo, en esta obra nacional quedó escrita la palabra barajar que es mezclar los naipes antes de ser repartidos y que también se acostumbra a usar ya sea para poner las cosas en orden y empezar de nuevo o para confundir entre sí personas, ideas o cosas, entremezclándolas. Como lo hace Picardía, en el mismo Martín Fierro, entreverando o mezclando las palabras.
En el tango "Barajando", que tiene música de Nicolás Vaccaro, Eduardo Méndez escribió:

"Con las cartas de la vida por mitad bien marquilladas
´Como guillan los malandras carpeteros de cartel.
Mi experiencia timbalera y las 30 bien fajadas
Me largué por esos barrios a encarnar el espinel".
Creo que la palabra marquilladas es una creación del letrista, pero tiene raíz española, porque "marquilla" es el diminutivo de "marca", de manera que aquí se trata de barajas o naipes marcados, utilizados por los fulleros.
Hace bastante tiempo comencé a revisar obras lunfardas para ubicar esta palabra, "fullero", cuyo significado conocía pero quería indagar el alcance que le asignaban los autores, y descubrí que no es lunfardismo. Es un vocablo bien español. "Fullero" es el que hace trampa en el juego; una de las maneras es marcar el naipe.
Siendo tan antiguos los juegos de naipes y los tramposos en el juego y tratándose de una palabra española no debe extrañarnos, entonces, que la hayan utilizado Quevedo y Lope de Vega.
Así que el naipe marcado sirve para hacer trampa en el juego de barajas. Pero sucede que "naipe marcado" pasó a ser con el tiempo persona conocida, o cosa conocida, dado que el que se precie de canchero en las cosas humanas, no puede desconocer cuándo el naipe está marcado, o cuando se trata de su equivalente, que es cartón junado, carta descubierta o individuo descubierto en el ejercicio de la trampa, la picardía o el mal comportamiento en la vida social.
Recordamos la letra del tango "Naipe Marcado":

"Pero yo sé que vos
no aguantarás el tren;
'Naipe Marcado'
cuando ya es junado
tiene que rajar".

Es el consejo de oro del tango, uno de los consejos reos para el que pasó a ser naipe marcado, en el barrio o en la comunidad. Pero aquí, en la letra del tango "Naipe marcado" se refiere al tango. El tango había llenado todos los ámbitos de la ciudad de Buenos Aires: los barrios y el centro, boliches, cafetines, lugares de baile y diversión. En las calles famosas del centro porteño: en Florida o en Corrientes, las dos mencionadas en la letra. Calle Corrientes, como dijo Horacio Ferrer:

"Calle porteña, identificada a través de casi un siglo, con el fervor, los temas, los hombres, el
sonido, el clima y el paisaje nocturno del tango".
Pero en un tiempo, que evocó Angel Greco, en la letra y música de "Naipe Marcado", sucedió que el tango iba desapareciendo de esos escenarios:

"¿Dónde te fuiste tango
que te busco siempre
y no te puedo 'hayar'?
Te juro por mi vieja
que si no te encuentro
me pongo a 'yorar'.
Fui por Florida ayer
y por Corrientes hoy;
me han informado
que te habías piantado
con tu bandoneón".

Fuente: http://www.terapiatanguera.com.ar/

Muñeca Brava

Chamuyando de Tangos
por el doctor Eduardo Giorlandini
La palabra "muñeca", con el significado de 'mozuela frívola y presumida', no es extraña al Diccionario de la Lengua Española, que la señala como término en sentido figurado y familiar.
El uso, con tal significación, es reciente si consideramos que utilizamos numerosas palabras con más de doscientos años de antigüedad, aunque hayan experimentado cambios a través del tiempo, muñeca, por alusión a una mujer joven, apareció en el siglo pasado.
En la letra del tango "Muñeca Brava", lo que expresa el autor se identifica con la fuente española. Sin embargo, en la Argentina, con más intensidad se refiere a una hermosa muchacha y no es una palabra despectiva. Y, así, desde este punto de vista es un argentinismo.
Por supuesto que existen otras acepciones y aplicaciones. Ahora, mi explicación se limita al poema tanguero, de autoría de Enrique Cadícamo (la música corresponde a Luis Visca).

Los galicismos de don Enrique
Cadícamo ayudó a difundir en la Argentina palabras de la lengua francesa, letras mediante. Una de éstas es "Muñeca Brava", donde entrevera lunfardismos y galicismos, como madame, frapé, gigoló y biscuit. Además trasladó el Trianón del Paque de Versalles a Villa Crespo del "Negro Cele"donio Esteban Flores. El Trianón francés fue una mansión real: la primera construida por Luis XIV y la segunda por Luis XV; un Trianón grande y otro pequeño (éste fue el preferido por María Antonieta).
Históricamente, los argentinos nos acostumbramos a estas palabras en los tangos, aun sin conocer su significado. Pero, por el intercambio idiomático, sin profundizar en sus causas o motivaciones, entreveramos a París con Puente Alsina y a Versalles con Villa Crespo.
El asunto era remplazar mina por madame, frío por frapé, proxeneta o caralisa por gigoló y galleta por biscuit, o bien, de utilizar distintas palabras por rima o para evitar repeticiones o enriquecer el idioma.
Rastreando en las letras de los tangos, observamos que el aporte del francés al idioma vivo de los argentinos ha sido muy importante. Más todavía, lo ha sido de Europa latina y no solo idiomáticamente sino culturalmente.

Para muestra basta un verso
"Che, madame, que parlás en francés," es suficiente para ilustrar el concepto, es decir para demostrar la influencia de otros idiomas en el español que se habló en nuestro país desde antiguo.
El antiguo castellano tse se escribió ce (véase la obra de José Gobello), de lo que hay referencias en las obras clásicas españolas. Esteban Echeverría registró la palabra en su obra El matadero, para llamar la atención de la "negra bruja". En la lengua araucana, che significa 'hombre', 'gente', aunque solamente se emplea como sufijo: por ejemplo, tehuelche, 'hombre del sur'. Che pertenece al país, pero particularmente al sur de él y al sur de la provincia de Buenos Aires y, asimismo, a algunas regiones de España, como Valencia, donde se conoció una copla anónima:

"En Zaragoza nací
y en Valencia estuve un año:
allí me llaman el che
y allá me llaman el maño". (citado por Gobello)
Maño deriva de magno, grande; se llamaba así al aragonés, al natural de Aragón y es una expresión de cariño entre personas que se quieren bien.
Pero madame en las letras tangueras no es formal. Es casi irónico o burlón y quiere decir lo contrario de lo que significa: no se trata de una señora sino de una naifa milonguerita de un barrio, flor de pecado, gigoló incluido. El término madame, francés, dejó de significar 'señora' para constituirse en madama, que era la regente o la dueña del prostíbulo.
Curiosamente, acerca de parlar, es una palabra común al italiano, al español y al lunfardo. En el italiano, con una leve diferencia, es parlare, 'hablar'. En el español, es conocida desde el siglo XIV y aparece en las obras de Leandro Fernández de Moratín y en El Criticón de Baltasar Gracián. Según Jorge Luis Borges fue registrada por Juan Hidalgo.

"Che, madame, que parlás en francés
y tirás ventolina a dos manos".
En una versión distinta y anterior los versos son distintos:

"Che, madame, que parlas en francés
y tirás el dinero a dos".
O bien:

"Che, madame, que parlás en francés
y tirás meneguina a los giles".
Vocabulario del tango "Muñeca Brava"
(Incluyo las palabras tal como aparecen en una versión de la letra, con el significado asignado por su autor y según mi interpretación).
ABRILES. Años de edad.
BACÁN. Individuo adinerado, con vida suntuaria.
BATEN. Llaman, apodan.
BISCUIT. Mujer hermosa//Galleta, bizcocho apetecible.
BRAVA. Mujer que turba a los hombres con sus atractivos.
CACHO. Poco, pedazo, racimo.
CAMBA. Vesrre de bacán (ver esta palabra).
CAMPANEÁ. Mirá.
COPETÍN. Cóctel, trago de licor, o aperitivo.
DIQUEROS. Ostentadores.
EMBROCÁ. Observá detalladamente.
FRAPÉ. Frío, helado.
GIGOLÓ. Hombre que se hace mantener por una mujer.
GILES. Conjunto de tontos, sin identificación.
GRUPO (SIN). Sin engano o mentira.
MANOS (A DOS). Generosamente.
MAREÁS. Turbás.
META. Consumir frecuentemente una bebida.
MILONGUERITA. Mujer joven de vida airada.
MUÑECA. Mujer joven y hermosa.//Joven frívola y presumida.
PARLÁS. Hablás.
TRIANÓN. Mansión real de Versalles (Francia).
VENTOLINA. Dinero.

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Malevaje

Chamuyando tangos
por el doctor Eduardo Giorlandini

"Malevaje" o "Suburbio"
De acuerdo a la "Ficha Técnica" que transcribe Torres Agüero Editor, se informa:

"SUBURBIO" (MALEVAJE). Tango
Música: Juan de Dios Filiberto
Letra: Enrique Santos Discépolo
Editor: Korn.
Empero, es "Malevaje". Debió serlo porque malevaje representa mejor el argumento y al personaje. No importa si habita el ámbito rural, el suburbio o la franja que los separa o la antesala de la ciudad. el guapo -gaucho u orillero- pudo ser malévolo, matón, peleador o un valiente dispuesto a defender su honor, entendido según los valores de su propio ámbito. Calzó chambergo o no, alpargata o bota militar. Se pareció más a un hombre de ciudad o de campo, ya que de él dio cuenta José Hernández en el Martín Fierro, obra en la cual Francisco I. Castro, su principal exégeta, lo conceptúa como malhechor, bandido o fascineroso:
"¡Barajo! Si nos trataban
Como se trata a malevos".
Un lenguaje hijo de la tierra
El vocabulario del gaucho, del malevo o del compadre, armoniza con la geografía, con el tiempo y con la gente que es la circunstancia humana, dinámica, vital y cambiadiza. Todo se transforma en el fluir de la vida y todo está presente en todo. El compadrito que usó alpargatas bordadas no fue, con el cuchillo, menos guapo que el malevo que usó taco militar.
Ambos esgrimieron una parla que olvidaba letras, cambiaba acentos, achicaba vocablos o los agrandaba, intervertía letras o sílabas o creaba palabras o frases figuradas, sin saber por qué y sin saber que legitimaban cacografías, diptongaciones antihiáticas, metonimias, metátesis, apócopes e hipocorísticos, entre muchos otros tecnicismos que son preciosuras o lindezas del idioma.
Hombre de campo o de suburbio, del peonaje o del malevaje, perdió la letra d y todavía sigue perdida en algunas regiones, como en la letra del tango:

"¡Decí, por Dios, qué me has dao
que estoy tan cambiao...
no sé más quién soy!...
El malevaje extrañao
me mira sin comprender,
me ve perdiendo el cartel
de guapo que ayer
brillaba en la acción...
No ves que estoy embretao,
vencido y maniao
en tu corazón".
Pues resulta que Dios también le ha dado el don de la palabra. Hija de la tierra, hija de Dios, al fin de cuentas.

Flor de entrevero
De tal modo fue el entrevero idiomático, más querendón que el mix -para los técnicos de nuestro tiempo-, que supervivieron voces del español antiguo (buena parte de nuestro idioma nacional), del viejo pero reciente gauchaje y del más cercano malevaje canero, malandraco o periférico. Y, a más, los indigenismos como pucho:

"No me has dejao ni el pucho en la oreja
de aquel pasao malevo y feroz".
(Pasao feroz, tango feroz, como el título de la película, donde "Tanguito" canta "Malevaje", que podría resultar una versión distinta del guapo que ayer brillaba en la acción pero tiene un fondo común con ingredientes que lo identifican con la letra de "Malevaje", a saber: mirado sin comprensión, embretao, vencido y maniao en el corazón de una muchacha de compás tan hondo y sensual; él, como el personaje de Discépolo, se encontró en la misma circunstancia:

"Ayer, de miedo a matar,
en vez de pelear
me puse a correr...
Me vi a la sombra o finao,
pensé en no verte y temblé;
si yo -que nunca aflojé-
de noche angustiao
me encierro a llorar...
¡Decí, por Dios, qué me has dado,
que estoy tan cambiao...
no sé más quién soy!".

Buena junta: Discepolín y Filiberto
Dos almas distintas hicieron la junción para una buena cosa y fue una buena junta. Fue en el final de la década de los años '20. Discepolín tenía 28 años, Juan de Dios Filiberto (Oscar Juan de Dios Filiberti, su nombre de familia), 44; Enrique Santos, del barrio del Once, y Filiberto, de La Boca; uno, mentó "Suelo Argentino", "De mi tierra", "El Ramito", "Caminito" y "El Clavel del Aire"; y el otro, "Yira, Yira", "Qué vachaché", "Cambalache", "¿Qué sapa señor?" y "Esta noche me Emborracho".
La mujer de Discépolo, Tania, destacó que tenían una manera disímil de entender el tango y: "Con todo, el difícil parto de 'Malevaje' dio una criatura hermosa". Más todavía, digo: estuvieron unidos por Buenos Aires, el tango y el inocente y pacífico anarquismo azulejo, un atisbo de romanticismo con corazón de arte y una profesión escondida de huelguistas. Empero, hicieron obras, protestas y amores, sembrando melodías y mensajes para un tiempo lungo, embarullado como la vida misma envuelta en entreveros y pasiones. Juan de Dios fue un músico dedicado al tango, se afirmó; Enrique Santos, un poeta tanguero. Uno dibujó paisajes; otro, almas dolientes. Ambos receptaron el influjo del malevaje de la incipiente megalópolis.

Prontuario del gotán
"Malevaje" es un tango canción estrenado por Azucena Maizani en el barrio de La Boca. En la misma casa de Filiberto, desde el balcón, lo cantó al comenzar la primavera de 1929.
Y, como Gardel cantó también la justa, dicen que antes de grabar el tango le chantó a Discepolín:
"-Te felicito de todo corazón, Flaquito. Aunque vos no naciste ni vivís en el arrabal, te has dado cuenta de que el malevo o lo que entendemos nosotros por malevo, es un hombre con sentimientos normales y no un furbo que solo piensa en hacer daño. Tu malevo maneado por el amor es capaz de confesar su angustia ante el miedo de perder a la mujer que quiere, llorarla si es preciso, y no a ponerle el cuchillo al cuello para que se le doblegue".
Así hablaba Gardel. Era su modo. Su estilo. Su lenguaje y su filosofía. Juzgaba todo con benevolencia, incluyendo al malevo, pero reservando la palabra furbo, itálica, para otra laya de compadre. A lo mejor, fue un argentinista, sentimental y canyengue.

Fuente: http://www.terapiatanguera.com.ar/

jueves, 14 de abril de 2011

Merequetengue

Letra: Eduardo Giorlandini
Música: Delfina Giorlandini

Merequetengue bailo.
¡Merequetengue!
Y también canto
merequetengue.

Soy capaz de bailar
la noche entera
y también de cantar
la vida entera.

Merequetengue y cumbia,
Salsa rumbera,
Tango y milonga
Recandombera.

Merequetengue, sí,
tiene mi ritmo,
con un poco de zuing
de los negritos.

Sos argentino, soy,
soy argentino
y sin embargo tengo
el compás negrito.

NAVIDAD


(Tango)
Letra: Evedith Adal Hosni y Eduardo Giorlandini
Música: Pedro y Pablo Giorlandini

(hablado)
Según San Pablo:
“Cuando llegó la plenitud de los tiempos,
Dios envió a su Hijo, que nació de una
mujer… Vino para darnos la libertad”

I
(cantado)
Con su amor y los primeros rayos del sol,
la mamá prepara ya la íntima fiesta;
y está el pesebre junto  a la sencilla mesa
cubierta por el mantel que ella bordó.
Sobre la paja reposa el calmo niño
que vino al mundo anunciado por la estrella;
y el asno, el buey… pastorcitos… ovejas…
La Virgen madre, José y el verde pino.

II
(cantado)
Y se encarna Dios en ese dulce niño
que eligió para nacer un establo.
¡Los pobres y pequeños todos se alumbran!
Y la tierra se envuelve en celestial cariño.
(recitado)
Son las doce en esta noche de paz.
¡Feliz Nochebuena, querida mía!
¡Feliz Nochebuena para todos!
¡Feliz Nochebuena, mamá y papá!

III
(cantado)
Y llegó Él para conciliar, ¡de veras!,
trascender al hombre y marcar el rumbo
para la conversión hacia un nuevo mundo
y una vida en plenitud, grande, sincera.
Llegó, así, la esperada Nochebuena.
Mañana será la radiante Navidad…
Los sentimientos hermanados, la piedad,
El júbilo puro de la paz que eleva.

HERMANO SUR (tango)

Letra: Eduardo Giorlandini
Música: Danilo Cenci

¿Qué más podés pedirle a Dios?
Ciudad de pampa, cielo, mar,
un viento libre, como vos
y un sueño por aterrizar.
Bahía Blanca es fraternal
como la voz de una canción
de guardia vieja musical,
entreverada en amistad.

Paisaje recortado en sus esquinas
y un marco embarullado de presencias;
un corazón que late apresurado,
con mucho ruido, broncas y querencias.
Te tengo que decir, en mi poema,
solar que sos refugio de añoranzas
de antigua inmigración y aquella vena
que dibujó trabajo y esperanza.

¿Qué más podés pedirle a Dios?
Un barrio en el lugar natal,
la calle cotidiana, el sol,
la historia que llegó del mar.
Hoy es la casa paternal
espacio cierto del amor;
un patio, un mate y un parral.
¿Qué más querés? ¡Hermano Sur!

Los Mareados

Chamuyando tangos
por el doctor Eduardo Giorlandini


"Los Mareados" es un tango que se hizo en dos largos tiempos, pues la música fue realizada por Juan Carlos Cobián, según señala Eduardo Romano, entre 1915 y 1923, y entonces llevaba por título "Los Dopados", grabado por Osvaldo Fresedo y por el dúo de Agesilao Ferrazzano (violinista) y Juan Carlos Cobián (pianista). Opina Romano: "Hasta ese momento su éxito fue relativo, pero eso cambió a partir de 1942, año en que, a pedido de A. Troilo, Cadícamo le agregó letra".

Recuerda José Gobello que en 1942, el 15 de junio, fue grabado por "Pichuco" (Troilo) y Fiorentino. Lo reafirma el mismo Romano, agregando que se grabó en el sello "Víctor" y más tarde lo registró Osmar Maderna con la voz de Adolfo Rivas, en el mismo sello (marzo de 1951); Héctor Pacheco con la orquesta de Carlos García, en "Odeón" (1960); Edmundo Rivero con orquesta dirigida por Mario Demarco, en "Philips" (1968); "Tango 5" (conjunto vocal), en sello "Phonogram" (1969); Susana Rinaldi con conjunto dirigido por Juan C. Cuacci y Julián Plaza, en ello "Trova" (1976); Aída Denis acompañada por orquesta, la de Alberto Di Paulo, en "Embassy" (1977); y Floreal Ruiz con la orquesta de Osvaldo Requena, en "Microfón", entre otros.

La letra
Los versos de "Los Mareados", escritos por Enrique Cadícamo, en la transcripción que hace Gobello, son los que siguen:


"Rara...
como encendida
te hallé bebiendo
linda y fatal...
Bebías
y en el fragor del champán,
loca, reías por no llorar...
Pena
me dio encontrarte
pues al mirarte
yo vi brillar
tus ojos
con un eléctrico ardor,
tus bellos ojos que tanto adoré...
Esta noche, amiga mía,
el alcohol nos ha embriagado...
¡Qué me importa que se rían
y nos llamen los mareados!...
Cada cual tiene sus penas
y nosotros las tenemos...
Esta noche beberemos
porque ya no volveremos
a vernos más...
Hoy vas a entrar en mi pasado,
en el pasado de mi vida...
Tres cosas lleva mi alma herida:
amor...pesar...dolor...
Hoy vas a entrar en mi pasado
y hoy nuevas sendas tomaremos...
¡Qué grande ha sido nuestro amor!...
Y, sin embargo, ¡ay!,
mirá lo que quedó...".

Revolviendo el guiso quemado en la ollaSin perjuicio de lo expuesto y bien documentado, en algunas fuentes se descubre que el primer título del tango fue "En mi Pasado" y que, como se ha señalado, Troilo lo hizo famoso con la voz de Francisco Fiorentino con el título "Los Mareados"; y asimismo que coautores de la letra son Raúl Doblas y Alberto T. Weisbach, además de Cadícamo.
Y sucede que en 1922, luego de haberse iniciado el tiempo de "los años locos", Weisbach y Doblas escribieron el sainete "Los Dopados", donde se toca el tango "Clarita", con música de Juan Carlos Cobián, cuya letra dice:

"Pobre piba, entre dos copas
tus amores han logrado:
triste hazaña de un dopado
que hoy festeja el cabaret.
Ya no sufres, ya no sientes.
El champán mató tu almita
y en tu pecho no palpitan
ni nostalgias ni tristezas
por lo que fue".

Esto sucedió un año después de que Weisbach hiciera con Samuel Linning el sainete Delikatessen Hause, en el que incluyó el tango "Milonguita".
Alguna autoridad habrán tenido estos autores para "intervenir" en la letra de "Los Mareados", en la última versión conocida, aunque sea a la distancia, aportando sustancia argumental, porque murió el 25 de septiembre de 1929, mucho antes de la letra requerida por Troilo. Weisbach está ligado a José González Castillo, nada menos que con la obra Los dientes del perro. Gobello anota en su Crónica general del tango que: "En 1942 Troilo difundió 'Los Dopados' -compuesto en 1922 para el sainete homónimo de Raúl Doblas y Alberto T. Weisbach-, con nueva letra, de Cadícamo, y rebautizado 'Los Mareados'". Y agrega en una posterior nota, con respecto a "Los Dopados": "Letra de Raúl Doblas y Alberto T. Weisbach, música de Juan Carlos Cobián, estrenado en la pieza homónima que el 4 de mayo de 1922 se presentó en el teatro 'Porteño'".

El eufemismo del tango
Lo que pudo haber sido consumo de fármacos o sustancias estimulantes la letra informó sobre la ingesta de champán, tan presente en las letras gotaneras. Más cercano a la verdad habría sido el título "Los Encurdelados", pero... respetemos las buenas intenciones, que en ocasiones cuentan más que la verdad; al fin de cuentas, en el proceso a Cristo, cuando se le pregunta qué es la verdad, Jesús no contesta...no le da bola a quien interroga. Después de todo, ninguna verdad le quitará encanto al tango.
Y la verdad comunica que en otros tiempos se consumía ajenjo, considerado veneno, por lo cual las autoridades prohibieron su venta en los almacenes y despachos de bebidas, dado el alcoholismo existente en la ciudad de Buenos Aires y acerca de lo que hay una larga historia. Sin embargo, no había ley que sancionara penalmente la ingesta de drogas, como la cocaína, la morfina y el opio; hubo tiempo en que el bicloruro mercúrico se usaba para el suicidio. Tangos y milongas dan cuenta de esto, en los versos y hasta en los títulos. Expresan igualmente y de un modo bastante significativo el influjo en la sociedad argentina del tabaco y del alcohol; la literatura lunfarda va un poco más allá todavía y es más rica en el vocabulario específico, el de las drogas que habrían de prohibirse con el tiempo.
Así y todo a la etapa de gran consumo de alcohol sucede la del consumo incipiente de ciertas drogas, particularmente las ya citadas líneas arriba, muy limitado y solo respecto a quienes tenían recursos, dado el alto costo.

El verbo dopar
Los académicos del idioma español aceptaron que "dopar" deriva del inglés to dope, "drogar", pero lo limitan al orbe de los deportes: "Administrar fármacos o sustancias estimulantes para potencias artificialmente el rendimiento." Se trata del doping en el deporte.
En el lunfardo la sinonimia informa acerca de las siguientes voces: falopado, fajado, amasijado, pichicateado y otras en desuso y menos usuales que las mencionadas; alrededor de ellas existen innumerables voces, para designar sujetos, objetos, sustancias y situaciones, generalmente alejados de las letras tangueras -no así tanto de la poesía lunfarda- entre las que todavía se cantan y difunden como "Tiempos Viejos" y "Corrientes y Esmeralda".

Fuente: http://www.terapiatanguera.com.ar/

Garúa

Por el doctor Eduardo Giorlandini

Comúnmente se ubican las palabras en determinado tiempo y lugar y se pierde de vista que el mundo es grande, en cierto sentido; que la gente transita y se comunica de muchos modos.
De manera que cuando hablamos de lunfardismos y de argentinismos -como podríamos hacerlo de indigenismos, salteñismos o americanismos- lo hacemos de modo provisional, con fines pedagógicos y al efecto de transmitir conceptos para ser aprehendidos en cierta dimensión y con las reservas de cada caso; asimismo, con el fin de explicar, dentro de lo factible, un sentido o significación prevalente y nunca absoluto.
Otra notación previa consiste en que cuando nos remitimos al Diccionario de la lengua española, de la "Real Academia Española", no lo hacemos para sujetarnos dogmáticamente a sus contenidos, sino para comparar y con el objeto de nutrir el comentario, en la búsqueda de la verdad y de fronteras intelectuales más amplias que la casilla de un diccionario, cualquiera sea.
Y esto viene a cuento porque el vocablo garúa es vinculado a diversas comunidades, civilizaciones y culturas.

La fontana española
En el venero español, la palabra garúa es derivada del portugués dialectal -hasta podría haberse dicho de la giria-caruja-, que significa 'niebla', sosteniéndose además que se trata de un americanismo con el sentido de "llovizna".
No lo veo en algunos diccionarios de giria brasileira, o de tupiportugués, o tupi-guaraní-portugués, o diccionarios brasileros de proverbios, locuciones y dichos curiosos, o diccionarios de regionalismos de Brasil (como el bahianés o bahiano, por ejemplo); sí, en cambio en las obras de regionalismos de Río Grande del Sur y con la misma grafía que la nuestra, pero sin acento. Veamos un poco esto último, relacionado con una zona próxima, lindera, a la Argentina.
En el Diccionario de regionalismos do Rio Grande do Sul, de Zeno Cardoso Nunes y Rui Cardoso Nunes, se consignan indistintamente garua y garoa:

GARUA, s. O mesmo que garoa.
GARUAR, v. O mesmo que garoar.
GAROA, s. Chuvisco. (É vocábulo de origem peruana, garúa, usado também no Chile e em outros países hispano-americanos).
GAROAR, v. Chuviscar.
Agrego que chuviscar, en el Diccionario portugués-español de Júlio da Conceiçao Fernandes, es 'lloviznar', 'llover poco'.

¿Un americanismo?
En la obra de Alfredo N. Neves, Diccionario de americanismos, figuran las siguientes voces:

GARÚA (voz quechua). f.am. Llovizna. Acad.
GARÚA. f.P. Rico. Alboroto, tumulto, pendencia, pelea.
GARUADA o CARUGADA. f. Arg., Chile y Perú. Acción de garuar o garugar.
GARUAR.f. Am. Lloviznar. Acad.
Ampliamos, aquí, como ejemplo de obras representativas, el Diccionario de americanismos dirigido por Marcos A. Morínigo, con el que se amplía el concepto:
GARÚA. (Del portugués dialecta caruja, niebla, que dio garuja y garúa en garúa en Canarias.) f. Amer. Centr., Amér. Merid. y Cuba, Llovizna.//P. Rico Alboroto, tumulto.//Arg. Esa garúa no moja. Esa reprimenda no tendrá consecuencias.
GARUAR. intr. Amér. Centr., Amér.Merid. y Cuba. Lloviznar.
Importa destacar que Martín Alonso, en su Enciclopedia del idioma la considera como voz quichua y, cuando anota con respecto al uso argentino, consigna la expresión ya citada, "Esa garúa no moja", que él explica distinto: "Tal advertencia no es temible".

Vocablo indígena
Como lo hemos transcripto, en diversas fuentes se admite, entre otros orígenes, la procedencia indígena. Igualmente, Fernando Hugo Casullo, en Voces indígenas en el idioma español, escribe:
GARUA. (Voz quichua). Común de toda la América Meridional, significa llovizna. Empero, existe discrepancia sobre su origen. Para unos es de procedencia portuguesa, para otros, vasca. Después de muchos estudios podemos sostener que proviene efectivamente de la voz quichua "garuana", con idéntica significación. "La garúa desmenuzada que irisaba su traje iba oscureciendo poco a poco el asfalto". De la voz "garúa" nace el verbo "garuar", con el significado de 'lloviznar', conocido en toda América Meridional. "¡Qué manera de garuar!" (Juan Carlos Dávalos, "Airampo", 1946, pág. 76)
Debo observar un dato: así como algunos indigenismos -no sabemos cuántos- pasaron al idioma español, es posible que otros hayan pasado al portugués.
Con el mismo significado de llovizna, Julio Aramburu incluye "garuar" en su libro Voces de supervivencia indígena.
Seguidamente, otra digresión para puntualizar que la presencia o ausencia de las palabras en los diccionarios no define la cuestión, esto es, no aclara en casos la etimología y la semántica (cuando figura) ni tampoco la pertenencia o no a determinada área idiomática; en ambos casos, se trata de situaciones para considerar, computar y ponderar.
No es superfluo señalar que la voz aparece en otras lenguas aborígenes y a este respecto consigno la referencia lexicográfica que surge de la obra de Antonio Ortiz Mayans, Diccionario español-guaraní:
GARÚA. Jhaiví-ru-í.
Sin embargo, este tipo de referencia solamente indica que el mismo fenómeno tiene una palabra con la cual se lo designa, pero no es la misma palabra ni tiene grafía parecida. En la lengua pampa, la palabra con que se designa a la garúa es faynú (ver Federico Barbará, Manual de la lengua pampa); asimismo trucurmagun (ver Juan Manuel de Rosas, Gramática y diccionario de la lengua pampa).
Tan solo se trata de ejemplos, dado que las citas -que ya son excesivas para la lectura, pero no superfluas como antecedentes para la labor investigativa-, no permitirían cambiar lo que ya se ha sostenido en cuanto al origen quichua de la palabra garúa. Sin embargo, en el quichua santiagueño "llovizna" es páray (ver Domingo A. Bravo, Diccionario castellano-quichua santiagueño).

El uso rural
No ha de negarse que gran cantidad de indigenismos pasaron al vocabulario gauchesco y de aquí al lunfardo, por la coexistencia de comunidades y gentes y por la migración interna del campo a la ciudad, en el caso de la Argentina.
Por lo cual no extraña que aparezcan en las fuentes literarias populares respectivas. Sin perjuicio de ello, en la bibliohemerografía consultada, con correspondencia al tiempo de posible incorporación al vocabulario rural argentino no he hallado referencias por el momento, excepto en La guerra gaucha, de Leopoldo Lugones, donde leemos: "Mientras el cielo amortajábalos en garúa...", y en las obras de Juan Carlos Guarnieri, Diccionario de lenguaje rioplatense y Diccionario del lenguaje campesino rioplatense. Sí he encontrado en la literatura popular urbana.

En el tango y el lunfardo
Con el significado de "lloviznar en forma muy menuda a manera de niebla" aparece "garuar" y sus sinónimos "garbiar" y "garugar" en la obra de Tino Rodríguez, Primer diccionario de sinónimos del lunfardo.
En "Arrabal Salvaje", de Bartolomé R. Aprile, con estudio, notas y vocabulario de Enrique Ricardo del Valle, académico de número de la "Academia Porteña del Lunfardo", se incluye:
"GARUGA. Epéntesis de Garúa."
Y, en los versos "Cayecita de mi Barrio":

"la encontré ya moribunda
una noche que caía
fina garuga d'invierno
y se fué al amanecer...".

Se registra como "llovizna" o "lluvia fina y persistente" en varios diccionarios de lunfardo y afines, como El habla del boliche, del uruguayo Juan Carlos Guarnieri; Sociología y vocabulario del habla popular argentina, de Guillermo Alfredo Terrera, con el sentido de 'débil llovizna', destacando que los paisanos dicen: "está garugando", recalando, finalmente, en el vehículo que más difundió el vocablo, que es el tango "Garúa", de Enrique Cadícamo (letra) y Aníbal Troilo (música), con la exacta transcripción hecha por José Gobello en su libro Tangos, letras y letristas:

"Mientras tanto la garúa
se acentúa con sus púas
en mi corazón...";
y después:
"¡Garúa!...
Solo y triste por la acera
va este corazón transido..."
"...Garúa...tristeza...
¡Hasta el cielo se ha puesto a llorar!".

Carlos Gardel no cantó este tango porque Garúa se estrenó, según José Gobello, en el Tibidabo y Francisco Fiorentino (Fiore) lo grabó con Aníbal Troilo el 4 de agosto de 1943, así que no escuchamos la palabra "garúa" en la voz del "Zorzal". Yo no recuerdo, según mis lecturas, que haya estado en su vocabulario porteño, familiar o cotidiano, pero César Tiempo, en El último romance de Gardel lo pone en su expresión oral, en una novela con ingredientes reales o verdaderos; al confesarle a Riverol su amor a una muchacha de un pequeño pueblo, Riverol trata de hacerlo desistir de su idea de casarse con ella. "El Morocho del Abasto" se ofusca un poco, se pone de pie y le dice:
"- Hasta mañana, viejo. ¡Que te garúe!...".
"Que te garúe finito" significa 'que te sea leve'; que te garúe (a secas), 'que te sea leve pero no tanto'. A veces tiene la intención de neutralidad, no expresa deseo de que a alguien le vaya bien o mal.

Epílogo y conclusión
Durante la conquista, los contingentes de españoles procedentes del Perú ocuparon la actual República Argentina. Parte de este territorio dependía del Virreinato del Perú. Había en América dos virreinatos: el de Nueva España (México), creado en 1535, y el de Perú, establecido en el año 1544. Luego se crearon otros dos: Nueva Granada (1718) y el del Río de la Plata (1776).
"Quechua" o "quichua", era probablemente -dice la Real Academia de la Lengua- el nombre de una tribu peruana. "Quechua" es asimismo el indígena que al tiempo de la colonización del Perú habitaba la región del Cuzco; por extensión dícese de otros indígenas pertenecientes al imperio incaico.
Los antecedentes que mencionó el Académico de Número don Enrique Ricardo del Valle (ver Comunicación N° 1.013, de la "Academia Porteña del Lunfardo"), radican la palabra garúa -con el significado de 'llovizna' o 'neblina', en distintas instancias históricas- en Perú, al menos con respecto al origen conocido.
Por todo ello y por lo expuesto líneas arriba, en términos de actualidad, "garúa" es común en un vasto teritorio del que forma parte la República Argentina.

Fuente: http://www.terapiatanguera.com.ar/

Farabute

Por el doctor Eduardo Giorlandini

"Farabute" es un tango de Joaquín Barreiro y Antonio Casciani. El primero, músico y compositor, según datos de Horacio Ferrer, trabajó generalmente en Montevideo; el segundo, conocido como "El Canillita Poeta", fue un poeta lunfardo, que comenzó como letrista con dos temas grabados por Gardel: uno es "Farabute" y el otro "Un Año Más". Escribió también las letras de "Seco...noce", "Justino no más", "Tristeza" y "Se Murió de Amor".
Casciani formaba parte de un grupo de músicos y poetas uruguayos, todos canillitas. Era un canillita noctámbulo y un anarquista pacífico. Según un relato que hizo Diego Lucero (Luis Sciutto, su nombre de familia), cuando Gardel se encontraba trabajando en Montevideo, Casciani lo veía con alguna frecuencia pero no se animaba a entregarle el tango del que él había hecho la letra. La admiración y el respeto que tenía por "El Zorzal" generaba una enorme inhibición hasta que un día se acercó a Gardel y le dijo que tenía un tango, con palabras entrecortadas. "El Morocho" le dijo que no se asustara, que le mandara el tango al hotel. De tal modo, el canillita poeta dejó un rollo en la portería del hotel "Lanata". Poco después, Gardel grabó el tango.
Así que por la antigüedad de la letra se puede deducir la antigüedad del uso de la palabra "farabute", no solo en Uruguay sino también en la Argentina. Cuando se habla del lunfardo, en realidad, no deberíamos limitarlo a Buenos Aires, pues como mínimo podemos conceptuarlo como lenguaje rioplatense.

Pero, ¿qué es un farabute?
La palabra tiene raíces españolas e italianas. En español es faraute y en italiano es farabutto, que significa muchas cosas: pícaro, pillo, bribón, estafador, canalla, miserable; es, en italiano, también, un imbroglione, un birba o un trufattore.
La voz faraute, para los españoles, desde antiguo, tuvo muchos significados. Era una especie de correo, el que llevaba y traía mensajes; el que al principio de la comedia recitaba el prólogo; el entremetido que creía que podía disponerlo todo y también un intérprete.
Por la forma en que el letrista Casciani utilizó la palabra, ésta se acerca más al italiano que al español. En el lunfardo significa varias cosas, se usa con gran flexibilidad y numerosas aplicaciones, pero existe un común denominador, que estriba en la descalificación que se hace de un hombre; invariablemente, el hombre porque no se le asigna el calificativo a una mujer, de modo que no existe una mujer farabute o farabuta. Por lo menos, en la poemática lunfarda, incluyendo la letrística tanguera.
En ésta, aparece también el tango "Ivette", de Costa Roca:

"¿No te traje pa' tu santo
un par de zarzos de bute
que una noche a un farabute
del cotorro le pianté?".

"Alvaro Yunque", seudónimo de Arístides Gandolfi Herrero, publicó un libro titulado La poesía dialectal porteña. Versos rantes. La obra está precedida por varios conceptos. Uno es de Juan María Gutiérrez, que afirmó que el idioma se transformará y no hará más que ceder a la corriente formada por la sucesión de los años. El segundo es de Sarmiento, quien escribió: "Los pueblos en masa, no los académicos, forman los idiomas." Y el tercero corresponde a Nicolás Avellaneda, que afirmó que esta parte de la herencia, el idioma, la hemos perdido con respecto a España y no la deploramos.
Pues bien, Yunque, que perteneció al grupo Boedo, que echó las bases de una literatura popular, dedicó unos versos a Dante A. Linyera y Enrique González Tuñón, donde usó la palabra farabute:

"Los farabutes que al reló se enyugan,
de uno y otro decían: ¡Qué dos orres!
Y ellos, pluma en la mano, ¡meta y ponga!
ellos, los dos, ¡qué dos laburadores!"
("Elegía justiciera para Dante A. Linyera y Enrique González Tuñón").

Prueba más aún la amplitud del uso de farabute la misma realidad, donde también se llama así al plomo. Esta palabra habría sido inventada por Juan D'Arienzo para designar al 'pesado', 'impertinente', 'molesto', 'pegagoso', 'charlatán', 'adulón', 'reiterativo', 'delirante' o al manguero. Una vez llamó plomo a "Pichuco" (Aníbal Troilo), tiernamente. Hoy, plomo en la jerga musical de los jóvenes es el que ayuda a los músicos con los instrumentos y el armado de las instalaciones en el escenario para los recitales.