Por Enrique Mario Mayochi;
Academia de Ciencias y Artes de San Isidro,
Provincia de Buenos Aires, 2000, 37 páginas.
Recensión de Eduardo Giorlandini
El autor de este ensayo, Enrique Mario Mayochi, investigador, docente, periodista y académico, ha considerado una etapa importante de nuestra historia, conformada por hechos y procesos trascendentes, desde el punto de vista político, económico, social y cultural. Interesa su investigación y los frutos de ésta porque ha reparado no sólo en el periodismo de la ciudad de Buenos Aires sino de innumerables pueblos y ciudades de la Argentina , lo cual informa sobre el arduo quehacer investigativo.
Marca las características del periodismo, el protagonismo de las imprentas periodísticas, la personalidad de los profesionales actuantes que, en ocasiones, tuvieron funciones espectables y cumplidas con dignidad, y, como signo ostensible, el contenido de noticias relacionadas con la situación internacional, especialmente europea, de modo prevalente.
La rica comunicación que hace el profesor Mayochi ilustra también sobre las agencias y, en particular, los grandes diarios porteños y los más importantes de todo el país. El cúmulo de referencias, precisas y concretas, para quien ha tenido algunas vivencias sobre esta temática, lejos de aparecer como datos desprovistos de afectividad y fuerza espiritual, generan algo de nostalgia, de asombro y emoción, en un desarrollo en el que no están ausentes la política, la ideología libertaria, el papel de inmigrantes –como el sacerdote Federico Grote- y hasta la prensa “subterránea”, en manera amplia, en la faz político-partidista, ideológica, religiosa, científica, deportiva, profesional, gremial, comunitaria y a más en el ámbito de la canción y la poesía populares, reflejadas éstas en una de las obras de su bibliohemerografía, de Aníbal Lomba, El alma que canta, publicada por la Academia Porteña del Lunfardo, que preside José Gobello.
Es posible deducir información valiosa que abre fronteras a la inteligencia de un fenómeno de gran significación, el periodístico, por el objeto cumplido, por el itinerario singular de no pocos medios y empresas, la censura sufrida, la persecución o la clausura ejecutada por victimarios que no entendieron el significado y trascendencia de la libertad de prensa como cimiento de la civilización, la cultura y la conciencia jurídica de la comunidad nacional.
En ese tiempo, ubica entre los grandes fundadores del periodismo moderno, al joven Enrique Julio, “quien acababa de crear un diario promovedor desde las puertas de la Patagonia , de un rediseño del mapa político de la República ”, agregando: “El periodista mendocino Enrique Julio, de raigambre radical, fundó en Bahía Blanca, el 1º de agosto de 1898, el diario matutino La Nueva Provincia. Este nombre era bandera de un proyecto largamente meditado por Julio: crear una nueva provincia, con Bahía Blanca por capital e integrada por La Pampa , parte de Río Negro y parte de Buenos Aires. Juan Luis Gallardo, su reciente biógrafo, anoticia que Carlos Pellegrini hizo suya la propuesta y que el Senado de la Nación la aprobó en 1900, más quedó estancada en la Cámara de Diputados. Posteriormente, iniciativas coincidentes tampoco obtuvieron apoyo legislativo. Este diario, que en 1907 instaló sus primeras linotipos, es el decano de la prensa del sur argentino”.
Por decirlo con claridad y sencillamente: da gusto leer esta obra de Mayochi, y merece nueva lectura y categoría de obra de consulta, imprescindible en esta temática.
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