viernes, 1 de octubre de 2010

MARIANO BOEDO


    Salta, al tiempo de Boedo
     Como es muy sabido, la región del noroeste de la Argentina, en la que se halla Salta, fue un ámbito geográfico en el que tuvieron lugar gestas relevantes en nuestra historia; sus gentes fueron protagonistas de las hazañas cumplidas para la Independencia. Martín Miguel de Güemes es el prototipo de la heroicidad de la región y de la provincia.
Con la reforma política realizada por el Directorio en el año 1814, se conformó la provincia de Salta, a la que después se le quitaron territorios, particularmente los que corresponden a Jujuy.
El nombre
   Expresa Germinal Nogués (ver bibliografía) que el nombre del barrio de Boedo, a diferencia de lo que ocurre “en otros lados”, no responde a ninguna de las características de la zona; Boedo era el apellido de Mariano Joaquín. No es la fuente exclusiva que menciona a Mariano Boedo con un segundo nombre, el de Joaquín, pues la señora directora del Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, en el informe oficial que me hiciera en el año 2002, menciona a Mariano Joaquín Boedo (1782-1819), según “el Plano Municipal de Obras Públicas y Memoria Municipal”. Dicho sea de paso, también informa que: “El Dr. Mariano Joaquín Boedo... jurisconsulto salteño, que estudió en la Universidad de Córdoba y Charcas, fue secretario de la Real Audiencia y compañero de Mariano Moreno, participando activamente en la gesta de Mayo y en el Congreso de Tucumán como diputado por Salta. Murió en Buenos Aires, en 1819”. El informe fue suscripto por Liliana Barela.
   En una mayoría de fuentes figura solamente un nombre, el de Mariano. No se halla registrado en los atlas, mapas y otras fuentes –incluyendo la guía de números postales– el nombre de Boedo, en la provincia de Salta; quiero decir, de otro modo, que no hay pueblos o ciudades que recuerden a Mariano Boedo. La ciudad de Buenos Aires lo evocó y Homero Manzi difundió e inmortalizó el nombre con la letra del tango Sur, que tiene música de Aníbal Troilo: San Juan y Boedo antiguo y todo el cielo,/Pompeya y más allá la inundación.Y también estos versos: San Juan y Boedo antiguo, cielo perdido,/Pompeya y al llegar al terraplén.
Mario Sabugo, al comentar el nombre del barrio, expresa que Boedo es uno de esos barrios privilegiados, de tanta tradición y ´pergaminos´, que abruman e imponen respeto; y si bien el origen de su nombre está vinculado con el prócer, esto es una referencia diluida por el mismo barrio, que fue, al final, más famoso que su “padrino”, porque se ocupó de definirse por su propia cuenta. Y agrega esto: “Boedo consiguió ser (como se lo hubiera reclamado Hegel, en caso de haber ´parado´ en el barrio) no solamente Boedo-en sí, sino también Boedo-para sí.
     Empero, Vicente Bove, invocando al barrio, le rinde “himnos triunfales” en el poema que le dedica:

 
MARIANO BOEDO
En la historia grabada eternamente
y en el recuerdo de la patria santa,
la figura del prócer se agiganta
y es un rayo de sol resplandeciente.
Su palabra, en la Junta fue un torrente
de libertad, que el corazón levanta,
y vio un día abatir ante su planta
al orgullo oprobioso, prepotente.
No solamente en pedestal se admira
su figura ejemplar que el bien inspira
que la patria hace honor a su memoria,
revive en las conciencias e ideales
y su barrio le rinde himnos triunfales
como un tributo de suprema gloria.
El barrio


    He exteriorizado en esta obra sobre Mariano Boedo algunos rasgos y substancias con los que se hace ostensible su personería; no son todos, ni siquiera una mayoría, sino una modesta muestra.
Hablar de Boedo es hablar de tango, de Manzi, del Club San Lorenzo, de una barriada con historia y leyendas, anécdotas y colorido, literatura y arte popular; es hablar también de un sistema de valores y de ideas.
      Lo es también de una “eterna bohemia”. Poetas, escritores, pensadores, peñas, hombres que en casos fueron anarquistas –pacíficos, cristianos y “azules”– o socialistas. La cultura popular se amasó en el café, el teatro, el bar, el boliche, el santuario escondido, el local de la FORA y en el Ateneo Popular, la peña o la calle.
Está delimitado por Sánchez de Loria y las avenidas Independencia, Caseros y La Plata. Compuesto por 180 hectáreas. Surgió administrativamente en 1968, el 11 de junio, por ordenanza municipal 23.698, separado de Almagro, pero su realidad social y espiritual tiene más de un siglo, en el momento en que el trazado de las primeras calles permitió unir el bajo de la ciudad con la actual avenida General Paz. Hasta 1880 el barrio era un lugar de quintas. Comenzó su transformación en 1897 y desde 1910 aparecieron los típicos cafés.
     Amaro Villanueva, nuestro querido amigo y maestro, definió a Boedo en unos pocos versos, titulados Boedo: Barrio misho y anarquista/ con Betinoti y su viola,/ se abacanó de parola/ con la merza vanguardista,/ versolari y populista,/ ñoracompa de Zola,/ que creó de nueva ola:/ la oleada sanlorencista”.

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