martes, 25 de octubre de 2011

“Milonguera”

“Milonguera” es un tango de José María Aguilar, autor de la letra y de la música. Según la versión del álbum Homenaje. Cancionero inmortal, edición extraordinaria con “200 éxitos inolvidables de Carlos Gardel”:

                                                           I           En la versión de E. Romano:
Milonguera de melena recortada
que ahora te exhibes en el Pigall.
No recuerdas tu cabeza coronada
por cabello reluciente sin igual.                ...cabellos relucientes...
Acordáte, tu mamá acariciaba                 ...que tu vieja...
con sus manos pequeñitas de mujer;
tu cabeza de muchachita alocada,
que soñaba con grandeza y placer.        ...grandezas...
                 
                  II
Una noche te fugaste
del hogar que te cuidó
y a la vieja abandonaste,
que la vida te adoró,                                   ...que en la vida...
en busca de los amores
y para buscar placeres
fuiste con otras mujeres
al lugar de los dolores.
             
                     I (bis)
Milonguera de melena recortada,
que antes tenía hogar feliz,                            ...tenías...
no recuerdas a tu viejita amargada
que ignora todavía tu desliz.
Acordáte de aquel novio enamorado

que luchaba por formarte un buen hogar
y que tu nido feliz y más confiado                  y que tímido, feliz y mal confiado
colocaba tu recuerdo en un altar.
             
              II (bis)
Ahora solo abandonada               ...sola...
en las alas del placer,
vas dejando acongojada
tus ensueños de mujer.
De tus trenzas en la historia
ni más hebras quedarán                ...las...
que perduren tu memoria
a los que te llorarán.

Quiero hacer notar que la transcripción que hace Eduardo Romano, en su libro Las letras de tango, responde mejor a la gramática, así como no pocas veces los cantantes modifican las letras, en general, por gusto personal o por cierto tipo de necesidad; igualmente el director de orquesta. 
Sin embargo, tanto Carlos Gardel como Edmundo Rivero, trataron de respetar invariablemente al letrista. “El Zorzal Criollo” modificó algunas, raramente, pero justificadamente cuando se trató de personas, con nombre y apellido (Rivera por Cepeda, en “Tiempos Viejos”, y Carlos Gardel por Charles Boyer, en “Corrientes y Esmeralda”), sin perjuicio de varios furcios, involuntarios, por tales.
La transcripción del Album del tango, de Ediciones Continental, se acerca más a la versión de 
Romano, presentando diferencias: “del lugar que te cuidó”, “y en busca de otros amores”, “en las salas del placer” y “que recuerden tu memoria”. Así y todo, el texto de Romano coincide más con el original.
En la citada obra de Romano leemos: “Fue grabado por Carlos Gardel con acompañamiento de las guitarras de G. Barbieri y J. M. Aguilar,  en el sello “Odeón” (7/29); más tarde, lo registró Osvaldo Pugliese con la voz de Juan Carlos Cobos, en “Odeón” (7/53); luego Francisco Rotundo con Floreal Ruiz, en “Odeón” (4/54), y Héctor Mauré con acompañamiento de guitarras, en Columbia (1957), entre otros”.
El autorJosé María Aguilar nació en Montevideo. Era cinco meses menor que Gardel. Fue uno de los tres sobrevivientes del accidente de Medellín, un siniestro horroroso, pues quedaron todos carbonizados o quemados, con fracturas y amputaciones, en casos; todo ardía en medio de gritos de dolor y desesperación; Gardel carbonizado, con el cuerpo debajo del asiento del piloto y los pies separados de su cuerpo. Riverol le rogaba a Aguilar que no lo dejara morir, pues tenía mujer y ocho hijos; luego, en el Hospital, enloqueció, saltó de la cama, corrió y murió desangrado. Corpos Moreno tenía la cabeza separada del cuerpo. Era un joven pugilista argentino al que Carlos Gardel había incorporado a la troupe. Según Aguilar, había tenido la mal ocurrencia de decirle a Carlos: “Mirá si se viniera abajo el avión”. Gardel, que tenía terror a esta clase de aparatos, se enojó mucho reprendiéndole.

Aguilar fue apodado “El Indio”, por imposición de Gardel, que acostumbraba a ponerle motes a los amigos. Fue uno de los más grandes guitarristas de la Argentina, en todos los tiempos. Sobrevivió pero solo pudo dedicarse a la enseñanza. Quedó ciego y murió luego de haber sido atropellado por un automovilista, en el barrio de Flores.
Había comenzado sus actuaciones en Uruguay y además, llegado a la Argentina, inicia su escuela de guitarra, en Buenos Aires. Según el Diccionario gardeliano de José Barcia, Enriqueta Fulle y José Luis Macaggi, esto sucede en 1926, pero en la obra de Orlando del Greco, Carlos Gardel y los autores de sus canciones, se anota que llegó a la Reina del Plata en 1920; de El libro del tango de Ferrer parece deducirse que se inició en 1923, en Buenos Aires. Dada la diversidad de fuentes y referencias consultadas estimo que del Greco se acercó más a la fecha correcta. Probablemente el trabajo más completo pertenece a Horacio Loriente, publicado en Tango y lunfardo, que dirige Gaspar Astarita. Afirma que Aguiilar actuó desde jovencito, haciendo giras por Uruguay y el sur de Brasil, precisando la fecha de inicio en Buenos Aires, aproximándola al año 1922 por las referencias concretas que da.
Casi todos los grandes solistas requirieron su acompañamiento. En 1928 comienza con Carlos Gardel y continuó hasta 1931; continúa después, en 1934. En la citada obra de del Greco se recuerda que fue autor de numerosos temas, cubriendo diversos géneros: tango, vals, estilo, foxtrot y zamba. Agrega que fue un “artífice de la guitarra”.
Grabó como solista. Gardel le grabó diez temas y dos de ellos fueron incorporados en cintas 
cortas, que filmó Eduardo Morera: “Tengo Miedo” y “Añoranzas”. Los demás temas grabados por Gardel fueron “Trenzas Negras”, “Lloró como una Mujer”, “Milonguera”, “Al Mundo le Falta un Tornillo”, “Flor Campera”, “Mala Suerte”, “Aromas del Cairo”, “Manuelita”, “Las Madreselvas”, “Manos Brujas” y “Ofrenda Gaucha”.
Aguilar se había enemistado con Gardel en Francia, abandonando la gira. No se sabe a ciencia cierta que es lo que generaba distancias. A lo mejor la sólida formación musical de Aguilar, o los tecnicismos incompatibles con la naturaleza y el instinto de Gardel. Además, “El Zorzal” era muy bromista y cachador. Aguilar no se quedó atrás en esto, según sus propios relatos, cuando tiempo después, al reingresar como guitarrista, se rió del “Zorzal” en San Juan de Puerto Rico, donde, ante 25.000 personas Gardel habló y cometió una torpeza verbal, al dirigirse a la gente: 

“Querido pueblo -dijo-, estoy muy contento de que hayan venido a recibirme, y ... esta noche los espero en el cine”.

Historia repetida
El tema de la letra es una historia conocida en la realidad social del Buenos Aires antiguo: la de la muchacha con aspiración de “grandeza y placer” -palabras de la misma letra- que abandona su casa y rechaza la posibilidad de tener su propio hogar, con amor verdadero, y va en busca de otros ambientes; todavía subyace en el fuero íntimo de ciertas jóvenes la misma actitud estereotipada, a la que se suma la publicidad y la ética utilitaria y las contrataciones televisivas.
Esas historias fueron recogidas por los letristas de tango y la milonguera no fue, entonces, obra del tango sino motivo literario, además de su significación en la sociedad como expresión de la cultura de cierto tiempo.

Milonguera
De milonga palabra de procedencia africana -con bastante inmediación temporal-, se derivan los términos milonguita, milongón, milonguera, milonguerita, milonguero y otra expresión que pertenece tanto al lunfardo sexual o erótico como al calambur. Más, milonga y sus derivados tienen numerosas acepciones.
Limitando el comentario a la voz milonguera, con el significado que tiene en la letra de este tango, recurrimos invariablemente, como en otros casos, a la obra de José Gobello, donde encontramos las conceptuaciones precisas. En este caso, consigna en su Nuevo diccionario lunfardo:

“...Milonguera: bailarina contratada en lugares de diversión nocturna (este término dio, por regresión, milonga y su afectivo milonguita: mujer de vida airada). En esta definición milonguera y milonga tienen el mismo significado.
Es decir, la milonguera también es denominada milonga. Otros autores limitan el significado de milonguera a la mujer aficionada al baile popular, del mismo modo que es dable llamar bailantera a la aficionada a la bailanta, o salsera, la salsa.
Se han considerado los sinónimos de milonguera, a saber: cabaretera, alternadora, copera, taquera.
Lo cierto es que milonga y las voces derivadas de ella habitan las letras de tangos y milongas en un largo lapso de la historia de la canción ciudadana.

Melena
Los académicos aseguran que “melena” es una palabra de origen incierto y, sin embargo, hay 
referencias literarias correspondientes al siglo XIII, aunque citadas mucho después; la más antigua conocida la anota Bernardino de Sahagún, en su obra titulada Documentos; fue un religioso franciscano e historiador español, un estudioso de la antropología, además, y casi toda su obra se basó en documentos.
En el idioma español se considera que la melena es cierto tipo de cabello, el que cae sobre los costados y los ojos, o sobre los hombros; en cambio para el idioma popular argentino, melena es todo cabello que sea abundante, recortado o no, largo o corto, pero además cuando es significativamente largo se lo denomina porra y un porrudo es lo mismo que un melenudo. Con este ejemplo, una vez más se puede comprobar que el idioma español es solo parte de nuestro idioma.
En el tango “El Malevo” escuchamos:

“Sos un malevo sin lengue,
sin pinta ni compadrada,
sin melena recortada,
sin milonga y sin canyengue”, 
lo que avala lo que venimos expresando. 

Esta letra es de Martín Castro, que en realidad era una mujer: Martín Castro es el seudónimo de una mujer, poeta, tanguera y platense, que se llamaba María Luis Carnelli.
Así que, por la letra del tango “Milonguera” como por la letra del tango “El Malevo”, deducimos 
que la melena recortada era común al hombre y a la mujer. Otras letras informan acerca de otras precisiones. En “El Taita del Arrabal” (tango con letra de Herrera y Romero y música de Padilla):

“Era un malevo buen mozo de melena recortada;
las minas le cortejaban pero él las trataba mal,
era altivo y lo llamaban el taita del arrabal”.

El “Pigall”
Siendo el autor de la letra y de la música del tango “Milonguera”, de origen uruguayo, podría 
afirmarse que el “Pigall” de que habla es tanto el de Montevideo como el de Buenos Aires, pero me inclino a pensar que se refiere al porteño nuestro porque, por los datos que he puntualizado líneas arriba, Aguilar ya estaba hacía varios años en Buenos Aires.
Los dos fueron cabarets, pero el de Buenos Aires se denominó “Royal Pigall” y fue inmortalizado por la letra de Celedonio Flores (“Corrientes y Esmeralda”):

“El Odeón se manda la real academia,
rebotando tangos el Royal Pigall
y se juega el resto la doliente anemia
que espera el tranvía para su arrabal...”.
Estaba en Corrientes 865.

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